Me fui sí, pero aquellos ariscos sujetos, sin saberlo, me habían ayudado. El enigma estaba resuelto. No había duda, think tank era un insulto en inglés. Un vilipendio de antaño que los modernos de hogaño habían incorporado a su léxico. Un insulto utilizado por los hijos de Albión que habían arribado a nuestras tierras del brazo de Wellington.
Por los pagos de Arapiles, entre mandobles y sablazos a los gabachos, y antes de darles matarile, tan ilustre General y sobre todo sus tropas, les espetaban con desprecio ¡Fuck you ... think tank!. Sino ¿a qué venía aquella hostilidad manifiesta? ¿A cuento de qué me querían sobar el lomo los ancianos de la Plaza Mayor, sino hubiera sido por una afrenta?.
Craso error señores, ya les adelanto que tampoco es ningún insulto...
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