
El ejercito español lleva mucho tiempo sin actuar de manera censurable. Máxime cuando es sabido que sus labores se centran en la ayuda humanitaria ante catástrofes naturales o bien, bajo mandato de la ONU. Por tal motivo, no resulta descabellado sugerir a tan ilustre publicación que mire la viga en su casa; que por cierto es inmensa.
Desde los años 80, por no remontarnos muy lejos, el ejército americano se ha despachado con la Isla de Granada -1983-, Libia -1986-, Irak -1991-, Somalia -1992-, Yugoslavia -1999-, Afganistán -2001- y vuelta a Irak.
Hablando de “trogloditas” conviene recordar las imágenes de los prisioneros de guerra iraquíes vejados por las tropas USA. Sí, allí estaban sus Marines, tan contentos, reflejando con la Polaroid sus vomitivas hazañas bélicas. Pero tirando de memoria, y a vuela pluma, también nos puede venir a la cabeza Guantanamo o si quieren ustedes los vuelos realizados por la CIA… con luz y taquígrafos. Si hablamos de “trogloditas” los militares made in USA debían haber protagonizado Parque Jurásico.
Señores del New York Times no sean tan hipócritas. Por favor, no den clases al ejército español, que no las necesita. No saquen de contexto lo ocurrido con el General MENA y apechuguen con sus propias miserias.
Finito de Aldeatejada –A la sazón novillero-