22 de marzo de 2006

DE MAPUTO A LA NADA

María Teresa Fernández de la Vega tiene un gran corazón. Su músculo cardíaco no le cabe en el pecho. Y tan grande como su corazón es su alma. Esa enorme sensibilidad hizo que hace escasas semanas se desplazara a África para dar su apoyo a “los negritos”. Fue al continente paupérrimo a insuflar energía y cariño a los más necesitados. En los suburbios de Nairobi les dijo que el SIDA, las hambrunas, la sequía, la corrupción gubernamental que padecen, y en suma, su falta de futuro, los hace suyos. Que estará junto a ellos siempre. Cueste lo que cueste, ella, María Teresa, será su paladín frente a la inquina del primer mundo.

Como obras son amores, la vicepresidenta quiso dar ejemplo y se dejó en Madrid la ropa que tanto le disgusta –Armani, Valentino, Antonio Pernas- para ir al viaje paramesíanico. El viaje para inyectar esperanza en las entrañas de los desheredados de la tierra. Y como obras son amores, cuando arribó en Maputo, se calzó el traje de pistachera y junto a Leire Pajín danzaron con sus “hermanas negritas”.

Pero hete aquí que la “Madre Teresa de la Moncloa” tornó a España y tuvo que escuchar ciertos comentarios en el Parlamento a cuenta de su indumentaria. Y la “madre Teresa” respondió airada. Contestó llena de orgullo, ya vestida de Armani, y con su blindaje moral intacto, que prefería hacerse fotos disfrazada de esa guisa al retrato de la ignominia. A la foto de las Azores.

Ayer nos enteramos que antes de iniciar su viaje africano –desde diciembre- el gobierno socialista tenía en su poder un informe del Centro Nacional de Inteligencia –CNI-. Un documento en el que se recogía que podían haber muerto más de 1.700 “negritos” que día tras día salían desde las costas Mauritanas con destino a España.

Acude rauda a Melilla cuando fallecen siete “negritos” en un intento de saltar la valla porque eso vende. La foto de pistachera es el retrato de la vergüenza. Danza y baila, alegremente mientras en el Atlántico “sus negritos” bracean desesperadamente contra las olas. Y el informe del CNI descansando en la mesa. Al ritmo alegre de sus caderas los “negritos” desparecían engullidos por la “negra noche” y sus “negros cuerpos” se hundían en las “negras aguas” atlánticas. Y ella, danzando, ajena a todo aquel desastre –y el dossier del CNI... en un cajón-. Mozambique se encuentra lejos de Mauritania y, sin duda, María Teresa no escuchó los aterrados gritos de mil setencientas “voces negras” antes de perecer, porque el tañir de los tambores de Maputo los tapaban –y el informe del CNI seguía en el despacho y ya no servía para nada-

Tenemos un gobierno ¿de izquierdas? que pierde credibilidad día tras día. Tenemos unos gobernantes que mienten hoy sí mañana también. ALFREDO PÉREZ RUBALCABA negaba ayer con vehemencia que el gobierno tuviera noticia alguna del informe del CNI sobre los 1.700 muertos. ¡El mismo día se supo que mentía!. Este caballero es el mismo que hace dos años afirmaba indignado “Los españoles no se merecen un gobierno que les mienta”. Estoy de acuerdo con él. No nos lo merecemos.

La indecencia moral que rezuman los escaños del gobierno ¿de izquierdas? raya con lo patológico. Estoy expectante por ver la reacción de las damas “progres” del Congreso en la próxima sesión de control. Y me pregunto ¿abandonaran todas ellas hemiciclo cuando diserte “Maria Teresa de Maputo” sabiendo lo que saben que sabía –1.700 muertos- cuando danzaba bajo el sol africano?. ¡Danzad, danzad, malditos!

Finito de Aldetejada –A la sazón novillero-