Después entran en liza sólo los vivos despachándose a gusto entre ellos. Así, cobra protagonismo, sin quererlo, el prolífico Cesar Vidal. Su vástago literario “Hijos de la Luz” se hace con el premio de novela Ciudad de Torrevieja –organizado por Plaza&Janes-. Y como el atizador estaba a mano el presidente del jurado, José Caballero Bonald, califica a su novela de “ideológicamente detestable”.... ¡Camarerooo una de rabas!
Andamos en estas cuando se otorga el “Premio Planeta”. En la entrega de los galardones los ¿escritores? Juan Marsé y Rosa Regàs, miembros del jurado, destacaron la “insuficiente calidad literaria” de las novelas ganadoras. Por lo visto Marsé escribe como Valle-Inclán, Regàs es nuestra particular Emily Dickinson, y nosotros sin enterarnos. ¡Había que ver la cara de María del Pau Janer y del finalista Jaime Bayly!.
El corresponsal de guerra reconvertido en Alatriste no se iba a quedar de brazos cruzados. Pérez-Reverte desenvainó el florete y se ha despachado a modo. Entre otros piropos destaca que Umbral “Nunca pisó una universidad como alumno, ni leyó un clásico, ni tuvo una formación que trascendiera la cita, el plagio entreverado y el picoteo de lo ajeno. La lectura tranquila de sus libros y columnas sólo revela frivolidad superficial, incultura camuflada bajo la brillante escaramuza del estilo…. A todo eso añade una proverbial cobardía física, que siempre le impidió sostener con hechos lo que desliza desde el cobijo de la tecla. Pero al detalle iremos otro día. Cuando me responda, SI TIENE HUEVOS. A ver si esta vez no tarda otros cinco años. El maestro.”
¡Camarerooooooo tres cubatas, pero ya, que en la platea nos aburrimos!
Pero como Umbral no se basta para defenderse sale a la palestra Pablo Sebastián. Este, por si acaso, no pone la jeta, no vaya a ser que se la partan. En “el semanal digital” aparece camuflado bajo el chucho “Marcelo” y reparte a dos por el precio de uno. A Pedro J. y a Pérez Reverte. Al director de “El Mundo” Pedro J. Ramírez, el can escribano le aconseja –entre otras cosas- que “en vez de darnos la murga los domingos con esa exhibición culturista —“el culto es el cura que sabe latín”— y megalómana, deberías ser más directo y publicar una sinopsis previa de tu dogma político como en las crónicas del fútbol, porque esos rollos que te largas no hay manera de leerlos, ni Imelda Navajo para una recopilación anual” pero los verdaderos piropos se los dedica a Pérez-Reverte.
Que se ande con ojo el perrillo “Marcello” que la cosa no está para bromas. En la foto no pareces un pit bull terrier y el macarra de Pérez-Reverte parece andar con las hemorroides alborotadas y los compañones inflamados. Si te coge te diagnostica una leismaniosis –que para eso ha ido a la universidad y leído a los clásicos- y te manda al otro barrio. ....¡Camarero, la cuenta, por favor!
Finito de Aldeatejada –A la sazón novillero-
5 comentarios:
A Mª del Pau Janer le ha venido como anillo al dedo toda esta polémica. Seguro que vende más de lo que se esperaba. En cuanto a Pérez-Reverte y Umbral son tal para cual. Amos van de divos y se pegan por el camerino
Negarle un calle a Jaime Campmany es, simplemente, un acto de sentido común. La mano derecha del Gobierno de Aznar para entrullar a un empresario de este país, con la ayuda inestimable del prevaricador Gómez de Liaño, no parece que sea el sujeto más indicado para homenajearlo con una calle.
Desde una perspectiva histórica, basta ver lo que escribió en plena transición democráctica -en contra de la democracia cuando ya no existía la presión censora- contra dirigentes de centro e izquierda.
Haro Teclen, que era un tipo de izquieras, que pecaba de exabrupto, nunca actuó así en democracia. La comparación per se es odiosa.
Por cierto....¿por qué todos la derecha ahora, menos Losantes, se define como Liberal? ¿Qué tenía Jaime Campmany de liberal?
Para el comentarista anterior y anónimo. Haro Tecglen ensalzó a Franco con unas loas mágníficas. Que no venga el rogerio patrio diciendo medias verdades. ¿por qué se olvidan de sus loas al caudillo?. Los conversos son así.
Dice un comentarista muy listo que negarle una calle a Campmany es "de sentido común". Pues será su sentido común y debe andar escaso de él. La calle se le da al uno y al otro por sus méritos como cronistas, no por su ideología. Si fuera ese el rasero no había calles en España. Tendrían que estar numeradas como en USA. ¡Tiene guasa el chaval! Aquí todos los progres tienen una vara doble para medir a la gente. Si son de los suyos, se les perdona todo. Si no opinan como ellos palo. Vamos, que Stalin era un santo, y en la Unión Sovietica no lo sabían.
Jaime Campmany merece mucho más una calle que otros que ya la tienen.
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